Entre los temas cristianos que siempre se comparten en la iglesia, rara vez se hablan sobre ética y moral.
Por eso me sorprendió ver un vídeo en donde se le preguntaba a un apologeta cristiano sobre en qué casos la mentira se puede considerar pecado.
Su explicación da pie a un tema maravilloso llamado el Absolutismo Graduado.
Y que tal vez puede ser objeto de controversia entre algunos cristianos, pero a la larga es una maravillosa definición sobre la ética cristiana y cómo esta nos puede llevar a adorar a Dios en momentos circunstanciales sin que seamos vistos como pecadores.
Pero también, es necesario comprender muy bien este tema, pues podría usarse como excusa para un sin número de pecados.
Así que espero que el artículo de hoy sea nutritivo para tu mente y tu espíritu. Y que puedas aprender cómo actuar en ciertos casos sin temer el pesado de ser nombrado como pecador.
¿Estás listo? Empecemos.
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¿Qué es el absolutismo graduado?
El absolutismo graduado es una posición ética cristiana que afirma que todas las normas morales son absolutas, pero no todas tienen el mismo peso o nivel de autoridad.
Por lo tanto, cuando dos normas morales absolutas entran en conflicto, el creyente debe obedecer la norma más alta, sin ser considerado pecador por no cumplir la menor.
Los ejemplos bíblicos más claros para entender el absolutismo gradual empiezan con las parteras hebreas (Ex. 1:15-21).
Desobedecieron al faraón y mintieron, y como consecuencia Dios bendijo a las parteras y multiplicó al pueblo.
Ellas eligieron salvar la vida de los bebés por sobre la mentira.
Prevalece aquí el valor moral de la vida sobre el valor moral de no mentir.
Otro ejemplo es el de Rahab, la ramera. Ella ocultó a los espías y mintió. Luego fue alabada por su fe y sus obras (Heb. 11:31; Stg. 2:25).
Igual que el ejemplo anterior, aquí prevalece el valor de la vida por sobre la mentira.
Podríamos añadir el ejemplo que Jesús usó sobre David y sus compañeros comiendo el pan ceremonial del que no debían comer (1 Sa. 21:1-6).
Violó una norma ceremonial por necesidad humana, y Jesús lo usó como ejemplo (Mt. 12:3-4).
Posturas que podrían contradecirte
Algunas posturas sobre la comprensión de los dilemas morales podrían contradecirte, y para entenderlas te las comparto a continuación:
1. Absolutismo no conflictivo
El absolutismo no conflictivo enseña que los dilemas morales no son verdaderos conflictos entre mandamientos de Dios, sino aparentes.
Esta postura, sostenida por teólogos reconocidos como John Murray, Walter Kaiser y John Frame, afirma que todas las leyes morales de Dios son absolutas e inquebrantables, y que nunca se contradicen entre sí.
Si parece que hay un conflicto, el problema no está en la ley de Dios, sino en nuestra falta de comprensión o información.
Por ejemplo, en el caso de las parteras hebreas que mintieron para salvar a los niños (Éxodo 1), esta visión sostiene que ellas debieron haber actuado con fe sin mentir.
Al final, el pecado habría recaído sobre los egipcios, no sobre ellas, si se hubieran rehusado a colaborar.
En esencia, esta postura dice que una mentira siempre será pecado, no importa la intención o el resultado.
Incluso en situaciones difíciles como esconder judíos durante el nazismo o una cirugía de tumor que puede salvar a la madre y causar la muerte no intencionada del bebé.
Esta postura apela a principios como la teoría del doble efecto: si el objetivo es salvar una vida y no quitar otra, no hay conflicto moral real, sino consecuencias trágicas de una acción correcta.
2. Absolutismo conflictivo
Llamado también absolutismo ideal y sostenido por teólogos como J. I. Parker, Helmut Thielike y E. J. Carnell.
Reconoce que las leyes de Dios son buenas y perfectas, pero que en este mundo caído pueden entrar en conflicto debido a nuestra limitada comprensión y a las circunstancias trágicas de la vida.
Esta visión afirma que, en ciertos dilemas morales, debemos escoger el menor de los males.
Por ejemplo, Rahad, mintió para proteger a los espías (Josué 2), y las parteras hebreas engañaron para salvar a los niños (Éxodo 1).
En estos dos casos, mentir es el pecado menor que no proteger la vida del prójimo. Así que debemos admitir que hemos obrado mal, arrepentirnos y pedir perdón a Dios.
Poniéndonos en el mismo ejemplo de la madre embarazada con un tumor, sería un pecado mayor dejarla morir sin intentar salvar a ambos, ya que nunca se sabe con certeza si el niño morirá.
Entonces elegimos salvar a niño, y aunque la probabilidad de perder al niño sea del 99.9%, no intentar salvar a la madre sería un pecado mayor.
Y si al final el niño muere (el mal menor), reconocemos nuestro pecado y nos arrepentimos.
3. Situacionismo
También conocido como ética situacional, es una postura moral que enseña que la única ley absoluta es el amor.
Todo lo demás —mandamientos, principios, reglas morales— pueden romperse si el amor lo exige en una situación particular.
Para el situacionista, la mentira, el robo o incluso el asesinato, pueden ser actos correctos si se hacen por amor.
Desde la perspectiva de Dios, esta postura da licencia para romper cualquier mandamiento, si así lo considera la persona.
Además, coloca al ser humano como juez supremo del bien y del mal, basado en emociones o resultados.
Principios del absolutismo graduado
- Todas las leyes morales son absolutas: provienen del carácter de Dios y no cambian.
- Algunas leyes tienen mayor prioridad: por ejemplo, preservar la vida es más importante que decir la verdad cuando ambas están en conflicto.
- No se peca al obedecer la ley superior: porque Dios no nos culpa por desobedecer una ley menor cuando es necesario hacerlo por obedecer una mayor.
- No hay necesidad de arrepentimiento si se obedece la ley superior: porque no es pecado.
- La jerarquía debe basarse en la revelación de Dios, no en conveniencia personal: se trata de la voluntad objetiva de Dios, no de preferencias humanas.
¿Cómo debe actuar un cristiano bajo este concepto?
Entonces, si algunas leyes morales se vuelven mayores por encima de otras, ¿es excusa para justificar cualquier pecado?
Absolutamente no.
Veamos, entonces, la forma en que cada cristiano debe usar y actuar ante el absolutismo gradual.
1. Discerniendo si hay un verdadero conflicto moral
Un cristiano no puede invocar el absolutismo graduado para justificar un pecado simplemente porque desea hacerlo o le conviene.
Debe haber un conflicto real entre dos deberes morales absolutos, como por ejemplo:
- Decir la verdad vs. proteger la vida inocente.
- Obedecer a la autoridad civil vs. obedecer a Dios.
- Cumplir un ritual religioso vs. ejercer misericordia.
2. Identificando el mandamiento superior
Una vez confirmado el conflicto, el cristiano debe buscar en las Escrituras cuál de las dos normas tiene mayor peso moral ante Dios.
Dios mismo ha revelado una jerarquía moral.
Por ejemplo:
- Preservar la vida (Ex. 1:17-21) = Mayor
- Decir la verdad (Ex. 1:19) = Menor
- Obedecer al gobierno (Ro. 13:1) = Menor
- Obedecer a Dios (Hch. 5:29) = Mayor
- Cumplir rituales religioso (Mt. 12:1-8) = Menor
- ejercer misericordia (Mt. 23:23; Os. 6:6) = Mayor
3. Actuando con temor de Dios y con responsabilidad
El cristiano debe actuar con humildad, no con arrogancia, y tener clara conciencia de que no está usando este principio como excusa para hacer lo malo.
Por eso, al actuar:
- Ora con sinceridad: “Señor, ayúdame a honrarte en esta decisión”.
- Busca consejo sabio: “En la multitud de consejeros hay seguridad” (Pr. 11:14).
- Examina la Palabra: ¿Qué dice Dios sobre esto?
- Evalúa las consecuencias, no por conveniencia, sino por fidelidad a Dios.
🙇El absolutismo graduado no da licencia para pecar, sino que exige obediencia responsable en circunstancias moralmente complejas.
4. Estando dispuesto a asumir las consecuencias
Un verdadero cristiano que actúa bajo el absolutismo graduado no lo hace para evitar consecuencias, sino para honrar la ley superior de Dios, aún si eso significa sufrir por ello.
🩸Ejemplo: Las parteras hebreas, Rahab, Pedro y Juan al desobedecer al Sanedrín, etc., sabían que sus acciones podían costarles la vida, pero eligieron obedecer a Dios antes que a los hombres.
Finalmente
El absolutismo graduado no es una vía para relativizar el pecado, sino una invitación a conocer más profundamente el corazón de Dios en medio de los dilemas morales.
Vivimos en un mundo caído, donde a veces obedecer a Dios implica desobedecer mandamientos menores para cumplir con los mayores.
Por eso, el cristiano debe aprender a identificar los verdaderos conflictos morales, discernir lo que Dios valora más en Su Palabra y actuar con temor reverente, sabiendo que lo más importante siempre será honrar al Señor.
Y bueno, así hemos llegado al final del artículo de hoy. Espero que haya sido de bendición para tu vida.
Si tienes alguna opinión o sugerencia, házmelo saber abajo en los comentarios. Y no te vayas sin compartir este artículo en tus redes sociales.
Nos vemos en la siguiente publicación.😊